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UN MAR DE ESPERANZA

Las noticias en estos tiempos realmente se han convertido en malas noticias. Los medios convencionales apenas hablan de las maravillas que ocurren en nuestro planeta cada minuto. Los neurocientíficos piensan que estar estresado por malas noticias atrae más malas noticias en lo que pareciera ser un ciclo de retroalimentación negativa de pura desgracia. En términos evolutivos, además, hay muy poco que aprender de los fracasos de las formas de vida y mucho que aprender de lo que ha tenido éxito y que hoy nos permite ser testigos del complejo mosaico de vida que persiste en la Tierra. Entonces, ¿cómo vamos a aprender a crear una sociedad inteligente si solo documentamos nuestros errores?
Un mar de esperanza es la historia de un viaje a sociedades contrastantes de todo el mundo que traen buenas noticias en un planeta que está perdiendo sus ecosistemas naturales a un ritmo acelerado. Este es el sitio web del libro publicado recientemente por Taurus (Penguin-Random House) es para que los lectores del libro puedan conocer estos territorios e inspirarse para impulsar y compartir su historia de esperanza.
Las sociedades incluidas en el libro nos brindan lecciones e ilustran cómo preservar nuestro capital natural trae muchos más beneficios sociales que destruirlo. Las personas que están construyendo estas historias tienen una comprensión diferente del “progreso” que la mayoría de nosotros. Tienen una forma inspiradora de ver cómo deberíamos producir riqueza, que incluye todos los beneficios que recibimos y hemos recibido “gratuitamente” de la naturaleza y ha sustentado nuestra cultura única por milenios. Esta es la razón detrás del nombre del sitio web y del libro, esta gente es en sí misma “Un mar de esperanza”.
Venga y haga un viaje con nosotros haciendo clic en el nombre de cada sociedad.

 

• Isla Natividad, en la Península de Baja California, México.
• Islandia
• Galicia, España
• La Costa de California
•La Energía en Dinamarca
• Las islas Fiyi

Isla Natividad, Baja California, Mexico

Isla Natividad es una isla de 5 km de largo ubicada frente a la costa oeste de la Península de Baja California. Desde mediados de 1930 una pequeña comunidad formó una cooperativa pesquera, se estableció en la isla y vive de manera próspera y pacífica. Este pueblo pesquero está rodeado por uno de los ecosistemas más productivos del mundo: el bosque de sargazo gigante. El fascinante entorno creado por estas plantas acuáticas gigantes llamaron la atención de Darwin de tal manera que comparó su productividad con el bosque tropical que visitó en América del Sur. Estaba en lo correcto; la región donde subsisten estas plantas submarinas pertenece a lo que hoy en día se conoce como “El Serengeti Marino”.
La forma en que la cooperativa maneja sus recursos colectivos de manera responsable y las respuestas que han dado ante las perturbaciones que ha traído el cambio climático, ilustra sobre las condiciones mínimas de gobernanza que tenemos que tener globalmente para manejar recursos de uso común tales como la atmosfera o la biodiversidad planetaria. Esta historia nos plantea de manera clara el desafió que tenemos como comunidad global para poder incorporarnos mejor como especie a los procesos ecológicos de la Tierra.

Islandia

Junto con otras naciones europeas y escandinavas, Islandia se encuentra entre la diez naciones mas felices del mundo. Sin embargo, a diferencia de otras naciones europeas, muchas con un pasado brutal como colonizadores, Islandia fue una colonia danesa hasta 1944, cuando obtuvo su independencia. Algunos de los abuelos de las personas que hoy viven en uno de los países más prósperos e igualitarios del mundo, pasaron su infancia en casas de adobe y algunos de ellos aún cuentan haber aprovechado las ballenas varadas en sus costas como fuente de proteína.
¿Cómo se convirtieron entonces en una de las naciones más educadas del mundo con un excelente nivel de vida en solo 60 años? Islandia tiene una receta que contiene tres ingredientes principales: 1) mediante una gestión meticulosa de sus pesquerías han permitido que las poblaciones de peces se mantengan saludables; 2) a través de un sistema regulado por cuotas transferibles, los pescadores tienen títulos de propiedad de estas cuotas que incluso puede ponerse en garantía para conseguir créditos y mejorar su infraestructura pesquera, pero la propiedad tiene reglas de manera tal que se evita que la cuota pesquera se consolide en unas cuantas manos; 3) las cuotas las determina un comité científico autónomo, lo que asegura que no se realice ningún intento de sobrepesca de sus poblaciones por motivos políticos.
La historia de Islandia ayuda a demostrar cómo los instrumentos de mercado son buenas herramientas para el desarrollo sostenible siempre y cuando el estado desempeñe su papel de regular sus fallas potenciales .

Galicia, españa

La recolección de moluscos en la zona intermareal, una práctica tradicional llevada a cabo por las mujeres gallegas durante siglos, en conjunto junto con su profundo conocimiento agrícola, le ha permitido a estos pueblos costeros crear un sistema de maricultura muy singular. La maricultura de las costas Gallegas, toma ventaja de la productividad natural de las rías españolas, pero en cierto modo también ha aprovechado la productividad incrementada por las actividades humanas en tierra. Concentrándose en producir solo especies filtradoras de plancton y un poco sin darse cuenta de lo notables que son sus prácticas, las mariscadoras de la costa de Galicia han creado un sistema inspirador de producción que evita la merma del oxigeno en las zonas costeras, una plaga que está asfixiando los sistemas estuarinos de todo el mundo.
Con sus prácticas de maricultura, las Mariscadoras de Galicia han restaurado e incluso mejorado lo que los de organismos filtradores solían hacer en los estuarios, es decir han regenerado las funciones ecológicas que habían evolucionado en estos paisajes durante milenios, inspirándonos a hacer lo mismo en otros ecosistemas del mundo.
Las prácticas acuícolas de las mariscadores Gallegas, nos invita a reflexionar la importancia de fomentar economías circulares, en los cuales los desechos que son generados por nuestras actividades puedan formar parte de otros procesos económicos creando así economías más incluyentes, capaces de absorber los desperdicios que se generan y combatiendo así una de los peores prácticas de nuestra civilización: la generación de basura y contaminación.

La costa de California

Un derrame petrolero en la costa de Santa Bárbara, California, a finales de la década de los 1960s despertó un movimiento ciudadano insólito que terminó por proteger ferozmente su derecho a mirar el mar y que las playas fueran en definitiva un espacio público. La historia de cómo los ciudadanos defendieron este la costa y cómo crearon mecanismos de participación pública para que los gobernantes no les vinieran con el cuento que necesitaban destruir sus costas en nombre del desarrollo, es verdaderamente legendaria e inspiradora.
Si fuera un país por si sola, California sería la quinta economía más grande del mundo, cuenta con el sendero costero mas largo del mundo, y sus ciudadanos gozan profunda e inclusivamente de su contacto con el mar. Muchos de ellos trabajan hoy por honrar la vida en los océanos y han creado verdaderos homenajes a la vida marina, como lo es el Acuario de la Bahía Monterey.
En esta parte del viaje exploramos además todos los beneficios en términos de salud física y mental, así como la reducción de costos médicos que nos proporcional el contacto con la naturaleza.

La Energía en Dinamarca

En la década de los 1970s, Dinamarca era un país sin reservas petroleras que se sintió desafiado por los altos precios de este combustible. Esta fue suficiente motivación para que se convirtieran en pioneros en la producción de energía eólica, tanto para desarrollar la tecnología como para implementarla localmente. A diferencia de otros lugares del mundo, como España, EE. UU. o América Latina, donde las empresas de energía eólica están imponiendo enormes aerogeneradores en áreas que afectan a la población local dejando poco beneficio en los territorios a los que llegan, en el modelo danés los accionistas de esta producción limpia son las comunidades rurales.

La historia de producción energética danesa desafía la creencia de que la reducción de las emisiones de C02 va acompañada de una reducción del crecimiento económico. Durante el último período de transición energética Dinamarca ha crecido constantemente en términos económicos. Lo que resulta aún más interesante, es que su industria de energía limpia ha impulsado la economía local, especialmente en zonas rurales. ¿Cómo lograron algo que en el resto del mundo pareciera imposible? Mediante una combinación de políticas gubernamentales que subsidian la producción de tecnología limpia y el entusiasmo de la gente local por desarrollar sus propias cooperativas de energía eólica.

En este sección del viaje revisaremos además las condiciones de gobernanza a escala global necesarias para detener el cambio climático y la razones por las que los acuerdos que tantas veces se han firmado no han logrado reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.

Las Islas Fiyi

Debido a su particular historia colonial, la propiedad de la Tierra en las Isla Fiyi quedó en su mayoría en manos de las comunidades indígenas. Esto les ha permitido preservar su cultura y su excepcional manera de relacionarse con la naturaleza. Su concepto de “Vanua”, implica una interconexión entre el yo, su comunidad y la naturaleza. Para ellos si no existe armonía entre estos tres aspectos fundamentales de su existencia, no pueden estar en paz. Su concepto de bienestar reta nuestra propia interrogante sobre ¿Qué es el desarrollo y qué no?
Dado que han podido preservar la propiedad de la tierra y los arrecifes de coral, gozan de una prospera economía de subsistencia en la que producen casi todo lo que consumen. Para gastos como mandar a los hijos a la universidad o construir una escuela, han establecido acuerdos muy interesantes de conservación de algunas parte de su territorio a cambio de pagos directos por conservación. Por ejemplo, durante más de dos décadas, la comunidad de Kuabalau ha protegido uno de los sitios de buceo más importantes y los arrecifes de coral mejor preservados del mundo, a cambio de una cuota por ingresar a la reserva marina de Namena que pagan los turistas y va directamente a la comunidad.
La forma en que viven los fiyianos inspira a una a reflexionar sobre si deberíamos volver a producir localmente, comprar localmente y reconstruir nuestra vida comunitaria perdida, en lugar de acumular dinero para poder afrontar nuestra inevitable y, a menudo solitaria, vejez.

¿Quiénes somos?

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Andrea Sáenz-Arroyo (Autora); bióloga marina con un doctorado en economía y medio ambiente ha dedicado su vida académica a comprender las condiciones que le permiten a una sociedad preservar todo lo que recibe de la naturaleza en forma gratuita. En 2011 obtuvo el premio Pew en conservación marina ), lo que le permitió desarrollar el proyecto para el libro Un Mar de Esperanza  Actualmente se desempeña como profesora-investigadora en el Colegio de la Frontera Sur ECOSUR, un centro de investigación mexicano destinado a impulsar el desarrollo sustentable en la frontera sur de México, Mesoamérica y el Caribe.

Contacto  [email protected] 

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Ann Marie Waller (Fotógrafa); Fotógrafa profesional y viajera apasionada, Annie ha documentado la forma de vida de las personas en la India, Nepal, y México. Su obra ha sido presentada en diferentes galerías nacionales de México. En Un Mar de Esperanza, Annie realizó la fotografía del proyecto.

 

Contacto [email protected].